Entrevista a Juan Bonilla
A Alberto Hidalgo se le conoció en su época más como libelista, como un tipo polémico, un francotirador que no escatimó en descargar su artillería incluso contra el mismo Borges. Sin embargo, fue un gran poeta. El escritor español Juan Bonilla ha preparado una cuidada edición de Poemas simplistas de Hidalgo bajo el sello peruano Revuelta editores. Bonilla se encuentra en Lima para presentar, además, su libro de relatos Tanta gente sola (Revuelta editores, 2011).
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
–¿Cómo se produce tu acercamiento a la obra de Alberto Hidalgo?
A mí siempre me interesaron las vanguardias latinoamericanas. Y leyendo un poco a las autores de la vanguardia latinoamericanas, siempre se recala en un libro que es el Indice de la poesía americana que hicieron Vicente Huidobro, Jorge Luis Borges y Alberto Hidalgo en los años 20. Sabía quién era Huidobro, sabía quién era Borges y me pregunté quién es Alberto Hidalgo. Y empecé a buscar cosas suyas y a leerlo. Y además de un excelente poeta era un grandísimo personaje. Era un tipo muy odiado por sus panfletos y sus libelos, que se había metido en mil y un líos. Era un agente cultural muy importante. Y empecé a interesarme sobre todo en sus libros de la primera parte, que están cercanos al futurismo. Y luego el Alberto Hidalgo que más me interesaba: el propiamente vanguardista que se inventa todo un movimiento que es El simplismo, movimiento del que es el único integrante.
–Alberto Hidalgo era todo un provocador y casi nadie se escapó de sus dardos, incluso Borges…
Sí, incluso Borges. Yo creo que Alberto Hidalgo tenía algo enfermizo que lo llevaba a buscar la enemistad. Y ninguna enemistad es más propicia que la de los que están muy cerca. Es más fácil hacerse enemigo de alguien que tienes muy cerca que de alguien que tienes muy lejos. Y aunque colaboraron en el Indice de la poesía americana, nunca le perdonó autenticas tonterías. Por ejemplo, utilizar la palabra “ubicación” o lo acusaba de haberle plagiado la idea de que leer es un acto más lírico que escribir. Y sobre todo lo de los diez pesos: nunca le perdonó que no le devolviera diez pesos que le prestó para que tomara un taxi. En honor a Borges hay que decir que nunca contestó. Pero creo que estas anécdotas juegan en contra de Hidalgo porque lo convierten en un personaje de novela…
–Y eso nos distrae de su obra…
Efectivamente. Siempre que se hablaba de Hidalgo se hablaba del buscabulla, del malo, del guerrero. Y eso hacía olvidar que era el autor de Descripción del cielo y otros grandísimos libros de poemas.
–¿Cuál es la mayor virtud de Hidalgo como poeta?
Tiene una capacidad prodigiosa para crear imágenes impactantes, para jugar con el lenguaje, para forzar el lenguaje sin que se note mucho las costuras de la retórica, sino que parece que lo hace de una manera natural. Y suena muy potente. Hidalgo fue siempre un gran poeta y el fundamento de su poesía es esa capacidad para hacer metáforas refulgentes en casi todos sus poemas.
–Presentarás también tu libro de relatos Tanta gente sola…
Tanta gente sola es mi quinto libro de relatos. Se publicó en España en Seix Barral en el año 2009. Y el año pasado le dieron el Premio Mario Vargas Llosa a mejor libro publicado en ese año. Y cuando viene hace unos meses al Festival Eñe, surgió la posibilidad de que una pequeña editorial hiciera una edición para Perú. Y a mí me apeteció mucho. Es un libro que a mí más me gusta: son nueve relatos que están enlazados, todos tienen que ver con todos.