Entrevista a Sophie Canal
Sophie Canal nació en Francia, pero vive en el Perú desde hace quince años. Aquí acaba de publicar su primer libro, Geometría del deseo (Borrador editores, 2012), un “artefacto literario”, como señala la contra carátula, que evidencia el talento de una autora que pulveriza las fronteras entre los géneros literarios.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
–¿Cómo se inicia este libro Geometría del deseo?
Se inició hace más o menos doce años cuando me separé de mi esposo. Vivo aquí hace 15 años. Llegué de Francia para ser profesora del Franco Peruano. Llegué con mi esposo y nos separamos a los tres años. Y fue un momento bien difícil en mi vida. Mi marido se fue a Francia y yo me quedé acá sola. Fue una elección. Alquilé una casa sola, con mi gata, que tiene importancia en el libro. Y allí empecé a juntarme con amigos cercanos, ex alumnos míos, y otros de la Universidad Católica, para formar un grupito literario. Y de allí surgió como un juego la editorial Matalamanga. Surgió allí. Yo escribo desde los 18 años. He escrito dos novelas, una obra de teatro, un libro de cuentos, pero no había publicado nada. Y aproveché ese momento de depresión, de cambio de vida, para escribir más. Eso me salvó un poco la vida. Y estaba ese grupo, formado por hombres más jóvenes y yo un poco como la mamá de todos. Y empecé a escribir este libro en esas circunstancias, en esa casa grande, con gatos. Todo el libro es ficción, pero también todos es verdad.
–El libro es difícil de clasificar. Pueden ser relatos, pero también, una novela o ensayo. Por eso me parece idónea la denominación de artefacto literario.
Sí, esa es la idea del libro. Es un juego literario. Quería romper con todas las barreras que puedan habar en literatura. Acá no hay géneros. Puede ser poesía, pueden ser cuentos. Es una novela. Y también puede ser teatro. También es un ensayo filosófico. Y hay la intención de que cada cuento se pueda leer independientemente y que al final haya una progresión que pueda ir formando una novela al final.
–Ese factor lúdico nos remonta a Cortázar, quien además aparece como personaje.
Por supuesto. Todo empezó con Cortázar porque los cinco miembros de Matalamanga éramos fanáticos de Cortázar. Y en esa época leí toda la obra de Cortázar. El libro estaba dedicado a él, pero lo quité porque era obvio. Cortázar es un personaje del libro. Está muerto y habla acerca de un triángulo que se podría hacer en referencia a un cuento suyo que es “Orientación de los gatos”. Es un juego que empezó con Cortázar.
–Otra característica del libro que me gusta mucho es esa capacidad de conjugar lo reflexivo con lo emocional.
Sí, pues. Esa es la larga historia de mi vida. Siempre odié las matemáticas. Y a la vez siempre me atrajeron los números, las formas. Y este libro es también un intento para reconciliar la emoción y la razón. El propósito es tratar de ordenar un poco el deseo con las matemáticas, con la geometría.
–Hay una frase que dice uno de los personajes que me parece muy interesante. Algo así como que la escritura es un truco para descubrir los lazos invisibles de las cosas.
Ese cuento es bien raro. Me interesé siempre en la reconciliación de los mundos. Tengo muchos mundos dentro de mí. Soy francesa, ahora vivo en el Perú. Empezando por estas dos culturas que siempre me parecieron irreconciliables y que siempre traté de reconciliar por la literatura. Pero también están el mundo de la conciencia y el mundo del inconsciente. Mi propósito en este libro es explorar estos mundos y proponer un puente para pasar de un mundo a otro. Para mí la escritura es eso, algo que no te da nada en este mundo, ni la televisión ni la internet. La escritura permite presentar varios mundos para que el lector pueda identificarse y entrar él mismo en cada mundo. Y explorar.
–¿Cómo es tu relación con el Perú?
Bueno, ahora me siento mitad peruana y mitad francesa. Hace tantos años que vivo acá que me he fusionado con el Perú. Apenas pisé tierra peruana me sentí como en mi casa. Es totalmente irracional. Me sentí como un pez en el agua. Siempre me gustó este país por razones que no sé explicar, aunque sé que hay cosas que no van y soy también muy crítica con este país. No quiero regresar a Francia, me siento bien aquí. Y eso se refleja en mi escritura.