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Alianza creativa por los niños

Lucía Fernández y Richard Gallango publican Pedro y los panecillos mágicos (Pearson, 2013), una divertida historia infantil

Publicado: 2013-07-29

Lucía Fernández radica en Buenos Aires –donde acaba de inaugurar una exposición individual de su obra plástica– pero se dio un tiempo para aterrizar en Lima y presentar Pedro y los panecillos mágicos (Pearson, 2013), libro de cuentos para niños escrito a dúo con Richard Gallango y que forma parte de la colección Cielo abierto, de alcance internacional.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR


¿Cómo surge la historia del panadero Pedro?

Lucía: En el año 2009, Richard y yo teníamos una serie de ideas sobre personajes. Y pensamos que sería bacán hacer una lluvia de ideas y empezar a generar historias. Y así se fue armando la historia. Al principio, por ejemplo, Pedro iba a ser perro. Y la idea de que llegara a un pueblo medieval. No sé en qué momento se transformó en panadero (risas). Pero dijimos, Pedro tendría que tener un ayudante. Y luego pensamos en que debía haber un panadero malo en el pueblo y allí surgió Don Fausto y su ayudante Tenorio. Fue todo espontáneo. Y yo agarraba el cuaderno y registraba todo. Y cuando la idea estaba más redonda la empecé a escribir. Y lo releíamos y creábamos la poética. Y se fue armando como un rompecabezas, como si las piezas ubicaran su lugar en el conjunto.

Richard: Todo esto se creó en la casa de Lucía. Y eso fue en la Residencial San Felipe, en el piso 15. Lo que necesitábamos era una grabadora para registrar lo que hablábamos porque las ideas venían. Y los nombres de los personajes son de personas que conozco.

¿Qué nos pueden adelantar de la historia de Pedro?

Lucía: Pedro es un panadero simpático, buena gente, bondadoso. Y ama su trabajo. Y su ayudante Lito también. Cantan y bailan cuando hacen sus panes. Y un día llegan a un pueblo gris, donde la gente vivía amargada y eran todos renegones, chismosos. Todos los que te pueden generar mala vibra estaban allí (risas). Pero ellos igual abrieron su panadería. Y nadie compraba. Hasta que un día un señor, el más renegón de todos, Don Angello, dijo voy a comprar unos panes. Y al día siguiente regresó por más, pero con la actitud cambiada. Y él trajo a unos clientes más. La idea era que el pan tenía algo que hacía que todos cambiaban de humor.


¿Qué criterios se deben tener en cuenta para escribir para niños?
Lucía: Para poder hacer literatura infantil la historia puede prescindir de todo pero debe tener magia. Debe tener un elemento especial, sorprendente o algo que genera cambios. Lo que consideramos la magia. Algo que es inaudito, que es de algún modo impresionante. Algo que genera cosas positivas. Eso es lo principal, que la historia tenga magia.
¿Cómo surge su alianza creativa?

Richard: Lo que pasa es que tengo un perro labrador que se llama Gato. Me lo había encontrado cuando tenía once meses. Y siempre me llamó la atención saber cómo había sido su vida antes, y me daba pena no saberlo. Tenía el deseo de dónde venía el perrito. Entonces, un día, conversando con Lucía, le digo: por qué no le haces un cuento a mi perro.

Lucía: El veía que yo ilustraba cuentos. Y él me decía: tú ilustras cuentos, pero haber escríbete uno, para mi perro. Yo decía, qué lindo sería, ¿no? Era un perro tan especial, además, tan inteligente, simpático. Tan personaje. Y allí empezamos a soltar ideas.

Richard: Y ella me dice: bueno, escribe, siéntate ante la computadora, escribe lo que sea. Escribí lo que sea y luego vimos que se podía mejorar, y así nos vinieron más ideas. Y nos enganchamos y terminamos de hacer el cuento para gato. Y me acuerdo que dijimos, por qué no se lo mandamos a alguien para saber si está bien o estamos escribiendo tonterías.

¿A quién se lo mandaron?

Richard: Se lo mandamos a Jorge Eslava. El nos dijo que había que cambiar algunas cositas pero que estaba lindo el cuento. Y luego escribimos otro: Marita, la niña de los perros. Una niña que maltrata a sus perros. Y resulta que un día el perro ya no estaba. Y lo busca. Y en esa búsqueda se topa con otros perros quienes la ayudan a buscarlo. La enseñanza es que no se debe maltratar a los perros. Y de esos personajes que Marita se encuentra salieron los cuentos de cada uno de ellos.


Lucía Fernández y Richard Gallango. (Foto: CMS).

Lucía tú eres una artista plástica conocida, te he entrevistado varias veces a propósito de tus exposiciones, pero también eres escritora, de hecho ya habías publicado un libro antes. ¿Con cuál expresión artística empezaste?
Lucía: Yo empecé escribiendo, primero. Cuando era jovencita. Intentaba hacer libritos. Y hacía mis viñetas. Dibujaba y escribía. Y siempre tuve esa dualidad. Y en mi trabajo plástico lo has visto: ese tema del texto y la imagen, y ambos como elementos de mi obra. Dentro de mi trabajo plástico logre integrar las dos cosas que me gustan hacer en la vida: escribir y pintar y dibujar. Poniendo textos míos que no encajan en ningún lugar, sino que funcionan solas.

Escrito por

Carlos M. Sotomayor

Escritor y periodista. Ha escrito en diarios y revistas como Expreso, Correo, Dedo medio, Buen salvaje. Enseña en ISIL.


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