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Philip Roth: Némesis (Mondadori)

Publicado: 2011-06-24

Philip Roth: Némesis (Mondadori, 2011)

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

Su novela anterior, La humillación, había llegado con una serie de comentarios negativos. A Edmundo Paz Soldán, por ejemplo, le pareció un pésimo libro, como me diría en una conversación en Lima y como escribiría, también, en un artículo. Y Edmundo no fue el único. A él se sumaron muchas voces disconformes. Sin embargo, como en el fútbol, la literatura también te da la posibilidad de revanchas. Y Philip Roth, para beneplácito de sus incondicionales lectores –entre los que me incluyo, por supuesto– se tomó la suya con Némesis (Mondadori, 2011), una estupenda novela que, incluso, nos recuerda al mejor Roth.

El protagonista de la novela es Eugene Cantor, un joven que ha tenido que enfrentar la adversidad desde siempre: su madre fallece durante el parto y su padre, con quien supuestamente tendría que quedarse, resulta siendo un delincuente. Es así que debe vivir con sus abuelos. Y es el abuelo, precisamente, un judío bastante hosco, el que termina por moldearle el carácter. Hay una escena que refleja esto: Bucky, como le llamará luego el abuelo a Eugene, se encuentra en el almacén de la bodega de su abuelo y, mientras éste atiende a un cliente, descubre a una rata a la que, armándose de valor, matará siendo apenas un niño.    

Bucky crecerá y se convertirá en un joven atleta. Lamentablemente para él no podrá enrolarse, como sus amigos, para ir a pelear en la Segunda Guerra Mundial. Una deficiencia visual heredada de su padre lo declarará inepto para ir al campo de batalla. Por otro lado, como profesor de deportes se granjeará el respeto y admiración de los estudiantes: los niños lo verán como un ejemplo a seguir.

Sin embargo, lo que tendrá que enfrentar luego será algo que se saldrá de todo control: una terrible epidemia de polio provocará el pánico de los ciudadanos de Newark. El calor es inclemente y los casos de niños infectados por este terrible virus comenzarán a aumentar. Muchos padres, alarmados por la posibilidad del contagio, enviarán a sus hijos lejos de la ciudad. El miedo se irá apoderando del lugar. Me viene a la mente, en este sentido, La peste de Albert Camus.

“Cuando menos miedo, mejor. El miedo nos castra. El miedo nos degrada”, le dice el doctor Steinberg (p.84) a Bucky. Y es eso, justamente, lo que irá pasando. Por un lado, uno de los niños del centro recreacional, que dirige Cantor, desfoga su temor (su mejor amigo ha muerto por la polio) en Horace, un chico con retardo que suele deambular por allí. Una madre que acaba de perder a su hijo le increpará por teléfono a Cantor que por su culpa, por no cerrar el centro recreacional, esos niños están enfermando de polio.

Aturdido ante semejante acusación y con las dudas a cuestas si es que en realidad hace mal en no cerrar el centro, Cantor entrará en una serie de reflexiones existenciales. Toda esa situación había generado en él, como señala el narrador, cólera. “Una cólera  que no iba dirigida a los italianos ni a las moscas ni al correo ni a la leche ni al dinero ni a las malolientes granjas de Seacaucus ni al calor implacable ni a Horace; no iba dirigida a cualquier causa, por inverosímil que fuese, que la gente, abrumada por el temor y confusión, pudiera ofrecer para explicar la epidemia, ni siquiera contra el virus de la polio, sino contra la fuente, el creador: contra Dios, que creó los virus” (pp.98, 99).

Roth maneja la tensión narrativa con gran destreza. La novia de Bucky le propone –casi le implora, en realidad– que acepté un puesto de trabajo que le ha conseguido en Indian Hill, donde ella trabaja. Una decisión importante (la primera gran decisión de la novela, según mi lectura) que deberá asumir Bucky. Dejar a sus pequeños en un momento difícil le resulta algo impropio. Pero tendrá que decidir qué hacer. Ocurrirán luego muchas cosas más, encausadas a partir de esa decisión. Hasta otro terrible momento en el que Bucky tendrá que tomar otra decisión trascendental en su vida. Némesis resulta siendo una profunda reflexión sobre cómo nuestras decisiones afectan nuestro destino y qué papel importe juegan las circunstancias. Estupenda novela. Recomendable a todas luces.


Escrito por

Carlos M. Sotomayor

Escritor y periodista. Ha escrito en diarios y revistas como Expreso, Correo, Dedo medio, Buen salvaje. Enseña en ISIL.


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