Entrevista a Ernesto Carlín
Luego de Falso al amanecer (1999) y Takashi, historias robadas (2010), el escritor y periodista Ernesto Carlín nos presenta Lima subte (Ediciones Altazor, 2012), una novela que, además de ser un homenaje al músico Leo Bacteria, nos conduce en un viaje nostálgico por la adolescencia, los ideales y la música subte de los 80.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
–¿Cómo surge la novela? ¿Cuál fue el disparador?
Lo que pasó fue que estaba chambeando un domingo de noviembre del año pasado y chequeo en las redes sociales que había muerto Leo Bacteria. Y a mí me gustaba mucho su música (de Pestaña). Me dije, entonces, hay que hacer algo. Y empecé a averiguar sobre qué había pasado. Hablé con algunas personas y sobre la marcha me hice una nota, una necrológica. Luego amplié la nota para mi blog, contando un poco cómo lo había conocido. Pero me sentía un poco tocado y empecé a escribir algo, a fantasear con eso de ir a conciertos, y me dije por acá puede ir. Y en poco más de un mes saqué el libro. Fue rápido.
–La novela es polifónica. ¿Cómo definiste la estructura?
Cuando comencé a escribir pensé que tenía que ser polifónica. En un inicio pensé que sólo serían tres personas las que iban a contar más o menos su relación con él: el músico antiguo, ya retirado; el periodista que lo conoció, más o menos contemporáneo; y la chica con la que habría tenido una relación. Pensé que iba a ser así, pero me di cuenta que debía agregar más gente. Y a parte, pensé poner esos recuentos de la infancia y adolescencia de forma anónima, de manera que podría ser tanto el protagonista como cualquiera de los otros personajes. Aunque te da más pistas para que sea el protagonista.
–La novela refleja una época y, sobre todo, una particular manera de ver y sentir la vida.
Sí, la verdad es que hace algunos años estuve alejado de lo que era ir a los conciertos. Y de casualidad fui a un concierto de un grupo español más o menos actual, La monja enana, que me vacila, y descubrí a este grupo Pestaña. Y a raíz de eso comencé a ir a conciertos y a recordar lo que tú me dices: una época, una forma de sentir la música, la vida. Y conocer a este pata que llevaba una vida de adolescente cuando ya tenía nuestra edad. Y al ocurrir su muerte, como que reviví bastante eso, y tenía que botarlo de alguna forma.
–Hay un tono nostálgico…
Claro, me plantee de arranque contarlo todo desde los recuerdos de gente que ya está en el 2011 o 2012. Por eso todos hablan del pasado, cómo recuerdan eso. Un poco de nostalgia, ¿no? Y contar solo lo bonito, ¿no?, porque allí no cuento cosas complicadas de esas épocas. Un poco idealizándolo: ir a conciertos.
–Siguiendo el discurso subte, los personajes finalmente sucumbieron frente al sistema…
Claro. Y cómo algunos no, como el loquito, que no cae en el sistema, o sí, no se sabe, pero parte. Intento más plantear preguntas que respuestas. En qué medida claudicaron o no. Cómo la chica que era una más, una loquita que iba a conciertos, ya está más pensando en comprar el depa. Cosas por el estilo. Intento plantear preguntas. Y son preguntas que uno mismo se plantea.
–Me comentabas que Lima subte subte no era el título original…
Claro, el título original no era Lima subte. Era Yo fui subte. Después lo cambiamos por criterios editoriales. Y jugaba con eso, porque todos fueron subtes en algún momento. Hasta el mismo protagonista, que ya no era tan subte en sus últimas presentaciones. Jugaba con esa idea del adolescente que fuiste y ya no eres.
–La música está muy presente en tus libros…
Sí, me gusta mucho. Siempre estoy escuchando música. Muchas veces las canciones son un punto de partida para escribir las cosas que escribo.