#ElPerúQueQueremos

“Empecé escribiendo narrativa”

Poeta Víctor Ruiz Velazco y su primer libro de cuentos La felicidad es un arma caliente

Publicado: 2015-01-09

A Víctor Ruiz Velazco se le solía identificar en dos facetas. Por un lado, como poeta, con una obra más que interesante –sus cinco poemarios lo evidencian–; y por otro, como editor, cabeza visible de Lustra, sello especializado en poesía. Ahora añade una nueva faceta –aunque no tan nueva, como veremos– con la aparición de su primer libro de cuentos La felicidad es un arma caliente (Animal de invierno, 2013), un afiatado conjunto que gira en torno a las relaciones sentimentales fallidas y el enfrentamiento entre la infancia y la adultez. 

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR | Foto: CMS


Se te conoce, además de editor, como poeta. Ahora sorprendes a muchos con un libro de cuentos. ¿Cómo se inicia tu relación con la narrativa? Sospecho que no es reciente.
Empecé escribiendo narrativa en realidad, pero era muy mala. Eso no quiere decir que lo que haga ahora sea muy bueno. Pero en ese momento tenía una capacidad crítica bastante afilada. Y simplemente vi que por allí no iban mis afinidades, ni mis lecturas. Me he desarrollado en lecturas básicamente decimonónicas. En la casa siempre había libros de literatura francesa, sobre todo novelas de Stendhal, por ejemplo. Esa ha sido mi formación. Y lo que escribía iba en ese sentido. Más bien después la literatura más próxima. En mi casa leían novelas latinoamericanas que casi siempre hablaban del tema social. Esas lecturas, que era lo que tenía en casa, en tiempos de terrorismo, a mí no me resultaban estimulantes en el sentido que no representaban para mí una salida de ese ambiente viciado que vivíamos en esos años, sino que acrecentaba mi desesperación por buscar un punto de escape. Y odié la literatura muchos años. En mi casa no es que me obligaran pero sí importaba mucho que leyera. Leí todo lo que pude en casa, me acabé la biblioteca de mi papá a los 14, 15 años. En ese momento llegó al colegio una profesora de literatura muy guapa. Posiblemente yo había leído más que ella y de una manera cándida pensaba que me podía acercar a ella hablándole de literatura. No hubo un acercamiento físico, pero lo genial que nació de esa especie de enamoramiento adolescente fue que ella me regaló un libro: uno de Oscar Wilde: Retrato de Dorian Gray. Y terminé más enamorado del libro que de la profesora. Y allí reconecto y me enamoro de la literatura. Ese libro es para mí determinante: me da la belleza de la palabra, el ingenio, la inteligencia.
Y a partir de allí empiezas a escribir…
Sí, allí empecé a escribir narrativa. Pero no se me venía muy bien el asunto. Y entonces empecé a escribir poesía porque en ese momento me resultaba más cómodo. Y porque, además, había leído poesía que tenía algo medianamente bien compuesto y que denotara algún sentido aparentemente profundo era fácilmente contrabandeable como algo poético. Además, en la universidad había varios grupos poéticos y había un momento de efervescencia poética. Y se fue dando. Después empecé a tener muchas más lecturas. Empiezo a leer poesía recién a los 17 años. En mi casa sólo había narrativa y libros de otros géneros. Y los dos únicos libros de poesía era una edición de las obras completas de García Lorca. Y una edición que publicó Cuba de las obras completas de Vallejo.
¿Cuándo retomas tu vínculo con la escritura narrativa de una forma más seria, más decidida?

Hace más o menos 8 años. Y fue cuando empecé una novela, en Chile, en un viaje, tras una ruptura sentimental Y escribí los dos primeros capítulos de un tirón. Y sentí que no podía sostener ese ritmo. Sentí que debía trabajar para conseguir un lenguaje. Y todo lo que hice después y no publiqué, consciente de que lo que hacía no era publicable, fue ejercitarme en la escritura de la narrativa y de la prosa. Tengo un par de libros inéditos que nunca pienso publicar, pero que son ensayos para el libro de cuentos que termino escribiendo y que publiqué el año pasado. Y tengo un par de novelas truncas. Y una novela acabada que quiero corregir cuando tenga el tiempo.

Hablando ya de La felicidad es un arma caliente, cómo se origina.
Creo que si hay un género que está muy definido es el cuento. A mí me parece que necesitaba esa estructura formal para salir de la poesía, intentando llegar a la novela, que también es una cosa bastante porosa, como la escritura de poemas. Partí de una especie de corsé que encontré en el cuento. Debe tener un planteamiento de problema, un desarrollo y una resolución. Y creo mucho lo que dice Ribeyro, que con un cuento debes lograr “sorprender, emocionar y cautivar”. Si tienes una de esas es un buen cuento, si tienes dos es un estupendo cuento, y si tienes las tres tienes un cuento extraordinario. Creo mucho en eso. Entonces, a partir de la escritura de ese primer cuento “Mujer con perro” encontré más o menos cómo podía estructurar los cuentos. Aprendí a escribir cuentos con ese cuento. Y en torno a ese cuento se desarrollan los ejes temáticos de todo el libro: las relaciones de pareja, que siempre están terminando o al borde del final; relaciones de jóvenes o niños con el mundo adulto, que casi siempre está inmerso en una dinámica de trabajo que termina borrando sus individualidades y sus sueños y todo lo que quisieron hacer, entrando en una maquinaria capitalista de repetición infinita del día a día.
Lustra, la editorial con la que te identificas, logró posesionarse como un sello importante dentro de la poesía. Ahora aparece Santuario editorial, y ya está formando un catálogo por demás interesante. ¿Cómo nace esta nueva aventura editorial?

Es un proyecto que nació junto a Diego Trelles, un narrador a quien estimo mucho. Creo que Bioy es una de las novelas más importantes que se han publicado en los últimos años. Además, Diego es una persona muy vinculada a lo que se viene haciendo en la actualidad a nivel latinoamericano. El trabajo que hizo desde EEUU es encomiable para cartografiar una época y las antologías que él ha trabajado dan cuenta de eso. Siempre quise ampliar el espectro de Lustra que sólo es de poesía. Pero no quería abrir Lustra narrativa. Entonces, se me ocurrió convocar a alguien que pudiera dirigir una colección y que además tuviera los contactos para hacerlo. Y tengo una relación de admiración y de amistad con Diego, y el proyecto fue naciendo de una manera muy natural. Por Diego hemos publicado a Samanta Schweblin, a Rodrigo Hasbún. Publicar estos primeros cinco títulos que han aparecido ha sido bastante satisfactorio.

algunos de los títulos publicados por santuario editorial

¿Qué novedades vendrán en Santuario? Acaba de aparecer una novela extensa de Fernando Cueto.

Luego de la publicación reciente de la novela de Fernando Cueto, El diluvio de Rosaura Albina, estamos abocándonos a la salida de dos libros. Un libro de cuentos fantásticos de Mariana Enríquez, otra autora argentina. El libro se llama Los peligros de fumar en la cama. Y es un libro de cuentos extraordinario. Y cerramos el año con una edición conmemorativa por los 20 años de Salón de belleza de Mario Bellatin. Y esta edición dos valores agregados. Parte del tiraje vendrá con tapa dura con una guarda especial, serán 300 ejemplares numerados. Y, además de la novela, Mario ha escrito una especie de prólogo que termina siendo una precuela. Habla de cómo escribió la novela. Es algo que Mario ha hecho con total generosidad.

Víctor ruiz velazco en su casa. (foto: cms).


Escrito por

Carlos M. Sotomayor

Escritor y periodista. Ha escrito en diarios y revistas como Expreso, Correo, Dedo medio, Buen salvaje. Enseña en ISIL.


Publicado en