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Gadea: Otra vida para Doris Kaplan

ALINA GADEA: Otra vida para Doris Kaplan

Publicado: 2016-08-06

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR 

A mediados del 2009, Alina Gadea sorprendió a propios y extraños con una primera novela más que interesante y desprovista de los descuidos y yerros que suelen acompañar a las primeras publicaciones. Otra vida para Doris Kaplan evidenciaba, en ese momento, a una escritora con buen pulso narrativo, sobre todo en la construcción de logradas atmósferas. Resulta, entonces, un gran acierto de Borrador editores volver a publicarla –agotada ya en su primera edición–.

     “Entro a su cuarto y lo veo: está derrumbado sobre la cama con los anteojos en la mano. El mundo ha dejado de respirar, me siento fuera de mi cuerpo”. Así empieza la novela, con una escena que sobrecoge por la manera de narrarse: lenguaje escueto, más sugerido que dicho y la presencia de pequeños trazos líricos. El padre de la protagonista ha muerto y nosotros, los lectores, no podemos evitar la sensación de vacío y la de presenciar el inicio del desmoronamiento. El prólogo de la tragedia.

     La muerte del padre de Doris Kaplan no sólo da inicio a la novela sino que es un punto clave en el devenir de la historia. A partir de esa pérdida, la familia inicia su deterioro. Y la casa, la vieja casa familiar, se convierte en el símbolo de la decadencia. Los empleados se van yendo, solo queda en un primer momento Genara. El hermano de Doris también se va a tomar su propio rumbo. Sólo quedan Doris y su madre, una madre tiránica y que en la desesperación por la muerte del marido parece querer aferrarse a su hija, aunque esa necesidad se convierta para Doris en una férrea cárcel, en un pequeño infierno.

     La violencia –psicológica e incluso física– se apodera de la casa familiar y resulta una especie de juego de espejos con la violencia de afuera, la violencia en la que está sumido el país. Una casa derruida en un país que también se resquebraja. Y este me parece otro acierto de la novela: la convivencia de la violencia personal y la violencia colectiva que la aleja de novelas como La hora azul de Alonso Cueto y Abril rojo de Santiago Roncagliolo. Ambas novelas tienen en la violencia política la piedra angular de sus tramas. La novela de Alina me parece, en todo caso, más cercana a Un lugar llamado Oreja de perro de Iván Thays, en el que por un lado va el drama personal del personaje –la muerte del hijo y la ruptura sentimental– y, por el otro, el drama colectivo de un país –o de un pueblo del ande, si lo queremos particularizar– que ha padecido la violencia desatada por el terrorismo.

     Otra vida de Doris Kaplan es también una historia de amor. Doris parece enamorarse del doctor Juan Miranda. Y aunque la diferencia de edad es evidente, aquella relación se vislumbra como una posibilidad de felicidad para Doris. La posibilidad de tener otra vida, lejos de aquella casa infernal. ¿Será posible? Para saberlo deben adentrarse en las páginas de esta novela que recomiendo sin dudar. No se arrepentirán.

alina gadea | foto: cms

datos de la autora
Alina Gadea. Lima, 1966. Abogada egresada de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado las novelas Otra vida para Doris Kaplan (2009, 2016), Obsesión (2012) y La casa muerta (2015). En el 2006 obtuvo el Premio Copé de Bronce con el cuento “La casa muerta”.

Escrito por

Carlos M. Sotomayor

Escritor y periodista. Ha escrito en diarios y revistas como Expreso, Correo, Dedo medio, Buen salvaje. Enseña en ISIL.


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