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2017: Mis lecturas

Los libros que más disfruté

Publicado: 2018-01-23

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

No he podido leer todo lo que hubiera querido. Algunos libros importantes se me pasaron y espero leerlos en estos primeros meses del 2018. Por otro lado, como lo he mencionado siempre, esta lista no pretende señalar cánones, simplemente compartir con ustedes, los lectores de este espacio, mis gustos personales plasmados en los libros, publicados en el 2017, que más he disfrutado. Los de autores peruanos, sobre todo, pero también algunos libros de autores extranjeros.

NOVELA

La novela que más disfruté fue, sin duda, Esta casa vacía (Peisa, 2017) de Marco García Falcón. Una novela estupenda, para mí la mejor que ha escrito su autor -que ya es decir bastante, teniendo en cuenta sus buenísimas novelas anteriores-. No muy atrás, hubo dos novelas que me gustaron mucho: La procesión infinita (Anagrama, 2017) de Diego Trelles y Mar afuera (Fondo editorial de la UCV, 2017) de Grecia Cáceres. No puedo dejar de mencionar la ambiciosa novela de Carlos Arámbulo, Quién es D’ancourt (Alfaguara, 2017) y Destierro (Emecé, 2017) de Alina Gadea -me parece que vuelve al gran nivel mostrado en su primera novela Otra vida para Doris Kaplan. Karina Pacheco mantiene su fino pulso narrativo con Las orillas del aire (Seix Barral, 2017). Me sorprendió gratamente Sustitución (Emecé, 2017) de Jack Martínez, un paso más adelante que su novela anterior.

CUENTO

En este género, siempre difícil, no tuve mayores problemas en la elección. Me parece que hubo dos libros que estuvieron por encima del resto. En primer lugar, Aquí hay icebergs (Literatura Random House, 2017) de Katya Adaui; y ¿Qué tengo de malo? (Alfaguara, 2017) de María José Caro. El primero es sin duda la apuesta más arriesgada de Adaui y la más lograda. En el segundo caso, la confirmación del gran talento narrativo de Caro, evidenciado en su novela Perro de ojos negros. Debo mencionar también Una calma aparente (Animal de invierno, 2017) y El japonés Fukuhara (Asociación Peruano Japonesa, 2017) de Selenco Vega. Apuestas narrativas interesantes. Adiós, Sofía (Trascender, 2017) de Eduardo García también fue un libro que leí con interés.

A pesar de los buenos comentarios escuchados y leídos, no pude leer aún el libro de cuentos de Irma del Aguila publicado por el FCE. Tarea pendiente.

POESÍA

El año pasado, lo confieso, ha sido más de relecturas que de nuevas lecturas. Destaco nítidamente Bodegón. Poemas recuperados (Vallejo & Co, 2017) de Enrique Verástegui. Un libro que disfruté mucho fue Tequilaprayers (Paracídas, 2017) de Julia Wong -me animo a decir que es su poemario más logrado-. Debo mencionar también el poemario póstumo de Arturo Corcuera: Celebración de tu cuerpo (Peisa, 2017). Otro libro que disfruté mucho fue MVX0 (Paracaídas, 2017) de Rafael García Godos. También quiero mencionar No siga ese pájaro (Paracaídas, 2017) de Martín Zúñiga.

NO FICCIÓN

Mencionaré Abimael, el sendero del terror (Planeta, 2017) de Umberto Jara: buena investigación y buena prosa. Un libro apara disfrutar y atesorar es, sin duda, Demasiada responsabilidad (Literatura Random House, 2017) de Enrique Planas. Pequeños relatos a través de los cuales el autor reflexiona sobre la paternidad -desde el lugar de padre, pero también de hijo- y la creación literaria-. Pero si hablamos de la creación literaria, un libro estupendo es Lobos solitarios (Peisa, 2017) de Fernando Ampuero, una suerte de crónica literaria sobre dos personajes reales que sucumbieron a la locura creativa. Dos retratos poderosos cincelados por el talento narrativo de Ampuero.

REEDICIONES

Pengüin Random House ha tenido la gran idea de publicar la Poesía reunida (Lumen, 2017) del gran Rodolfo Hinostroza. Una linda edición que estuvo al cuidado de José Carlos Yrigoyen y que viene con un estupendo prólogo de Mario Montalbetti. Me parece importante destacar las reediciones de Libro de los espejos y Tierra de caléndula (Peisa, 2017) de Gregorio Martínez. Quiero mencionar también la feliz reedición de Las fotografías de Frances Farmer (DeBolsillo, 2017), el primer libro publicado de Iván Thays; y Las islas (Seix Barral, 2017), también el primer libro publicado por Carlos Yushimito. Me gustó la portada de la nueva reedición de La hora azul (Literatura Random House, 2017) de Alonso Cueto; inmejorable pretexto para una relectura.

Aunque aún no tengo un ejemplar entre manos, celebro la reedición de Un único desierto (Seix Barral, 2017), es deslumbrante conjunto de relatos de Enrique Prochazka. 

INTERNACIONALES

En primer lugar quiero mencionar Los días de Jesús en la escuela (Literatura Random House, 2017) de mi admirado J. M. Coetzee. (Recomiendo leer también La infancia de Jesús, novela anterior).

Un libro estupendo también es Nación vacuna (Planeta, 2017) de la argentina Fernanda García Lao. Una apasionante novela llena de significados y escrita con una prosa exquisita.

También disfruté mucho Tiempo muerto (Alfaguara, 2017), la gran novela de la colombiana Margarita García Robayo y Animales del fin del mundo (Alfaguara, 2017), lograda novela de la también colombiana Gloria Susana Esquivel.

Otra novela interesante es Los días de la peste (Mal paso, 2017) del boliviano Edmundo Paz Soldán. También aprovecho para recomendar la reedición de su antología de cuentos publicada este año en Lima: Tiburón (Animal de invierno). Y si hablamos de reediciones peruanas de autores foráneos: Los niños (Estruendomudo, 2017) de la colombiana Carolina Sanín y Nuestro mundo muerto (Santuario, 2017) de la boliviana Liliana Colanzi.

Otro libro que disfruté mucho fue la novela Toño ciruelo (Tusquets, 2017) del gran Evelio Rosero.

Un libro interesantísimo de no ficción: VHS. Unas memorias (Literatura Random House, 2017) del chileno Alberto Fuguet.

Aun no he leído Museo animal (Anagrama, 2017) del costarricense Carlos Fonseca. En estos días la empiezo.


Escrito por

Carlos M. Sotomayor

Escritor y periodista. Ha escrito en diarios y revistas como Expreso, Correo, Dedo medio, Buen salvaje. Enseña en ISIL.


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