En el 2013, Stuart Flores apareció en la escena literaria con el libro de cuentos La muerte es una sombra. Ahora sorprende gratamente con La velocidad del pánico (Narrar, 2018), una interesante novela que se sumerge en “el mundillo literario” y en otros mundos complicados como la locura. La novela se presentó en la Feria de editoriales peruanas La independiente (en el Ministerio de Cultura) y contó con la participación, además del autor, del poeta y crítico Alonso Rabí do Carmo.  

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR | Fotos: CMS

–¿Partiste de alguna imagen para escribir La velocidad del pánico?

–Apareció con una imagen y una canción. La imagen es la de un hombre ingresando a un centro psiquiátrico. No tenía muy clara la imagen, pero tenía la idea rondando. Y el arranque de la novela obedece a tener el título. Y el título es una reelaboración, se podría decir, de una canción de Marilyn Manson que está en uno de los epígrafes del libro y pertenece a la canción “The speed of pain” del álbum Mechanical animals. La traducción es “La velocidad del dolor”, yo lo transformé o la reelaboré en La velocidad del pánico, que es una condición psiquiátrica que padece el protagonista.

–Y ese es justamente uno de los temas de la novela, la locura.

–Una locura que va evolucionando.

–¿Cómo así te atrajo este tema?

–Digamos que he tenido bastante cercanía con gente que ha tenido trastornos psiquiátricos bastante fuertes. Y ese material narrativo me rondaba y me perturbaba no poder contarlo o no saber expresarlo en cuentos. Pues principalmente lo que escribo son cuentos. La novela me dio un espacio mucho más amplio para desarrollar un tema como este.

–¿Por qué decides que el personaje sea escritor, por aquella relación que se suele establecer entre arte y locura?

–No sé si llamarlo prejuicio o una idea extendida el que todo el mundo piense que de alguna manera la creación artística está ligada, en muchos aspectos, a la locura. O deviene en ella. Porque hay casos en que ciertos pianistas, escritores, pintores, debido a sus obsesiones por lograr perfeccionar al arte que practican llegan a sufrir ciertos trastornos que son bastante graves. Pero a la vez que sufren un trastorno, es la obra la que se beneficia. Digamos que hay un intercambio. El escritor, el artista, empeora, se enferma, se queda sin dientes, etc, y es la obra la que crece, la que se perfecciona, la que se hace inmortal. Creo que es una ley, diríamos. Pero a mí me interesaba que exista un personaje escritor porque me podía permitir hablar mucho de literatura y dar mis opiniones sobre la literatura y compartirla a través de ciertas voces.

–Hay en la novela una reflexión no sólo del escritor y el acto de creación sino también de la parafernalia que envuelve a la literatura…

–Claro, hay una especie de mundillo literario dibujado. Y a pesar de que no se menciona ninguna ciudad en particular, toda geografía ha sido borrada, me di el espacio para poder dibujar el mundillo literario que es el que más conozco, que es el de aquí, el de Lima. Pese a que la novela no está situada en Lima, ese mundillo literario siempre está presente dentro de la narración. Personajes tópicos, el escritor super ventas, el crítico mala leche, o el escritor en ciernes.

–¿Y con respecto a la estructura, el cambio de voces y tiempos, en qué momento la defines?

–Tenía la idea de escribir la novela en tercera persona y de manera lineal. Esa era mi idea cuando hice un bosquejo de la novela. Pero como la novela aborda el tema de la locura, me sugirió de alguna manera repartir las voces en distintos tiempos para que la historia vaya haciéndose o contándose en forma de laberinto, que sería una representación bastante simple de la locura. Incluso en el lenguaje intenté reflejar esa dosis de demencia que está en algunos personajes.

stuart flores en la feria la independiente. / foto: cms.

flores en la independiente
La novela La velocidad del pánico del escritor Stuart Flores se puede encontrar en la feria de libro LA INDEPENDIENTE, que se realiza hasta el próximo domingo en el Ministerio de Cultura (Av. Javier Prado, a una cuadra de la Av. Aviación, en San Borja). La pueden encontrar específicamente en el stand de PSE (Paracaídas Soluciones Editoriales).