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Ollé: Las dos caras del deseo

Carmen Ollé. Las dos caras del deseo (Peisa, 2018). 262 pp.

Publicado: 2018-12-25

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR 

Celebro las re rediciones porque permiten descubrir lecturas muy interesantes (me suele pasar) o porque resultan inmejorables pretextos para acometer una relectura (también me sucede). La reciente re edición de Las dos caras del deseo (Peisa, 2018) de la poeta y narradora Carmen Ollé, veinticuatro años después de la primera edición, me ha permitido leerla nuevamente. La leí en un ejemplar de la primera edición –aunque no en el año 94, sino varios años después–. Antes me había sacudido y deslumbrado con la poesía áspera e iluminadora de Noches de adrenalina y con una de mis favoritas, la novela (o el relato) ¿Por qué hacen tanto ruido?

Las dos caras del deseo gira en torno a Ada, su protagonista, una mujer separada, profesora en una universidad nacional que se encuentra desencantada, hastiada de una ciudad lúgubre y sitiada como la Lima de los años 80, época de terrorismo e hiperinflación. Ollé retrata muy bien aquella atmósfera gris y nosotros los lectores, o al menos yo, podemos sentir la angustia de la protagonista, podemos sentir el ambiente enrarecido de esos años. Ollé nos proporciona datos de la época como breves pinceladas que resultan intensas y vívidas en su conjunto. Pienso, por ejemplo, en el miedo a las delaciones en unos años de paranoia por el terrorismo. Un profesor, colega de Ada, es detenido por la Dircote. Por otro lado, advertimos las pugnas de poder en el interior de la universidad, a través de lo que cuenta Martha, la amiga y colega de Ada.

La otra línea argumental de la novela tiene que ver con la vida sentimental de la protagonista. Como dije, Ada es una mujer separada, pero tiene un romance intermitente con un colega profesor. Sin embargo, una jovencita oriental, Eiko, se convertirá en la otra cara del deseo de Ada –y quizás de allí venga el título de la novela–. Entablará con ella una relación hasta cierto punto tormentosa. Ada se verá envuelta en una suerte de lío amoroso pues Eiko es la pareja de su amiga Martha. El tema homosexual –lesbianismo, en este caso– es un tema presente en el libro. Posiblemente, me arriesgo a decirlo, sea la primera referencia lésbica en una obra narrativa en el Perú. Y estamos hablando de 1994.

Una tercera línea estaría enmarcada por el tema de la migración, el exilio voluntario. Una peruana en los Estados Unidos. O del latinoamericano en general. El migrante, en suma, en una ciudad como New Jersey. Hay una escena muy fuerte en la que dos policías, luego de un momento de gran tensión, se llevan detenido a un amigo haitiano de Ada que vendía artesanías en la calle.

Las dos caras del deseo es una logradísima novela que ya demostraba, a inicios de los noventa, la destreza narrativa de una autora que había irrumpido, y de qué manera, la escena literaria como poeta con Noches de adrenalina. Si aún no han leído Las dos caras del deseo, no deberían perder más tiempo.

la primera edición y la más reciente. foto: cms.


Escrito por

Carlos M. Sotomayor

Escritor y periodista. Ha escrito en diarios y revistas como Expreso, Correo, Dedo medio, Buen salvaje. Enseña en ISIL.


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