Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR / Fotos: CMS
Me entusiasman las listas de libros. Por ello, desde hace varios años, hago mi propia lista. El propósito no es el de erigirme en juez o comisario de la calidad literaria ajena. No me interesa. Simplemente mi intención es compartir mis gustos personalísimos. No puedo mencionar todos los libros que he disfrutado, claro, no tendría sentido hacerlo así. Son los libros que más he disfrutado en este 2018 que expira. Confesión de parte: se me han pasado varios que no he podido leer, ya sea por tiempo o por dificultades para conseguirlos.
CUENTO
Dos libros se sitúan en lo más alto de mi ranking. Y ambos muy vinculados al género de la ciencia ficción. Primero: No somos cazafantasmas (Seix Barral, 2018) de Juan Manuel Robles. Los relatos transcurren en un futuro posible en donde las personas hemos perdido el derecho de administrar nuestras fotografías –y por ende nuestra memoria, nuestros recuerdos–. Segundo: El sol infante (Emecé, 2018) de José Güich. Me animo a decir que está entre lo mejor de la producción cuentística de Güich: relatos de corte realista, fantástico y de ciencia ficción que evidencian la solvencia de su autor.
Otro libro de cuentos que disfruté mucho, aunque en parte es una re-edición, es Lobos solitarios y otros cuentos (PEISA, 2018). Cuentos en los que Fernando Ampuero combina lo biográfico con lo literario y entre los que destaca nítidamente el texto que le da título al conjunto. Otros libros interesantes fueron Lluvia (Seix Barral, 2018) de Karina Pacheco, Nosotros que vamos ligeros (Animal de invierno, 2018) de Nataly Villena, El inmenso desvío (Animal de invierno, 2018) de Juan Carlos Cortázar.
Una grata revelación: Andrea Ortiz de Zevallos con La mudanza imposible (Literatura Random House, 2018).
PD: Próximamente empezaré a leer Flores nocturnas (Dedo crítico, 2018) de Miguel Bances.
NOVELA
Dos novelas han llamado poderosamente mi atención, superando claramente al resto. En primer lugar, Vivir abajo (Peisa, 2018) de Gustavo Faverón. Una novela compleja en su armado y poderosa en sus líneas argumentales (la relación con el padre como tema, por ejemplo). En segundo lugar, Mi madre soñaba en francés (Alfaguara, 2018) de Luis Hernán Castañeda (junto con Casa de Islandia y La fiesta del humo, esta novela se sitúa entre mis predilectas de su autor).
Quiero destacar, siguiendo la ruta de mis gustos personales, El asesinato de Laura Olivo (Alianza literaria, 2018) de Jorge Eduardo Benavides (ya tengo en mis manos la más reciente El collar de los balbases, pero aún no he podido leer); Madrugada (Alfaguara, 2018) de Gustavo Rodríguez: me arriesgo a colocarla en lo más alto de su producción narrativa. Y La luz inesperada (Peisa, 2018) de Marco García Falcón.
Aunque lamentablemente nos dejara el año pasado (2017), el reconocido escritor Gregorio Martínez dejó una trilogía lista para publicar. Gracias a la editorial Peisa, ya se han publicado los dos primeros tomos Orígenes y Canícula. Si debo elegir uno, me quedo con el segundo, Canícula (Peisa, 2018), desmesurado y proteico como es su característica. Fue un deleite leerlo.
Sorpresa grata, el traslado de la poesía a la narrativa de Diego Otero (poeta con poemarios muy buenos). Días laborables (Literatura Random House, 2018) marca un auspicioso debut en el género de la novela. Por otro lado, disfruté Sistema perfecto (Borrador, 2018) de Adrián del Águila (un gran salto respecto a su primera novela Necio). Lo mismo me sucedió con La velocidad del pánico (Narrar, 2018) de Stuart Flores, una novela que marca una madurez en su narrativa, muy superior a su primer libro de relatos (no es casualidad que ganara este año el Premio Copé de Cuento). Un autor para seguir con atención.
La revelación: Una ciudad para perderse (Animal de invierno, 2018), el debut de Mayte Mujica. Una novela que presagia una trayectoria importante.
PD: Estoy por leer Los espejos opacos (Planeta, 2018) de Christiane Félip Vidal (hojeé las primeras páginas y promete).
POESÍA
Aquí también, dos poemarios me deslumbraron más que los demás poemarios leídos. En primer lugar, Notas para un seminario sobre Foucault (FCE, 2018) de Mario Montalbetti. Y en segundo lugar, Tetramorfos (Peisa, 2018) de Eduado Chirinos. Muy cerca de estos dos: El motor de combustión interna (FCE, 2018) de Oswaldo Chanove y Sologuren (Paracaídas, 2018) de Mirko Lauer.
También disfruté Matacaballos (Paracaídas, 2018) de Ana Carolina Quiñones. Advierto que hay algunos poemarios que podrían haber estado en esta lista pero que no pude leer. Por ejemplo, el más reciente poemario de Bruno Polack (y digo que pudo estar, porque es un poeta que sigo. En el 2016 publicó el estupendo Fe).
ENSAYO
Cuatro libros: Desde lejos, lo cercano. Reflexiones sobre el Perú (Peisa, 2018) de Gonzalo Portocarrero, Poetas peruanos del siglo XX. Lecturas críticas (Fondo Editorial de la PUCP, 2018) de Víctor Vich, La ficción y la libertad: cuatro ensayos sobre la poética de la ficción de Mario Vargas Llosa (Cuerpo de la Metáfora Editores/ Cátedra Vargas Llosa, 2017) de Jorge Valenzuela y Marginalia (Peisa, 2018) de Carlos Yushimito.
REEDICIONES
Este año hubo reediciones acertadas que propiciaron interesantes relecturas (y también descubrimientos). Volví a leer de esta manera Orquídeas del Paraíso (Seix Barral, 2018), primera novela de Enrique Planas; Tres noches de corbata (Seix Barral, 2018), primer libro de relatos de Fernando Iwasaki; Nunca sabré lo que entiendo (Planeta, 2018), primera novela y tercer libro de Katya Adaui; El enano. Historia de una enemistad (Tusquets, 2018), crónica novelada de Fernando Ampuero; y Las dos caras del deseo (Peisa, 2018), primera novela de Carmen Ollé.
También se reeditaron los primeros libros de cuentos de Alexis Iparraguirre y Marco García Falcón: El inventario de las naves (Planeta, 2018) y París personal (Peisa, 2018), respectivamente.
Una mención especial: la novela La trampa (Cocodrilo ediciones, 2018) de Magda Portal. Un gran rescate de este sello que nos está acostumbrando a grandes rescates (recordemos no hace mucho el de Pilar Dughi).
Tengo en mis manos la nueva edición de Escrito en el agua (Alastor editores, 2018), libro que reúne los ensayos sobre poesía de Ricardo Silva-Santisteban. Y sé que la misma editorial ha reeditado su poesía reunida Terra incógnita. Se trata de dos libros que conozco bien.
PERIODISMO
La fiebre del mundial trajo un muy interesante trabajo de Umberto Jara: El camino a Rusia (Planeta, 2018). Por otro lado, destacó Guerras del interior (Debate, 2018) de Joseph Zárate (ganador del Premio Ortega y Gasset 2016). Un acierto la reedición de Ribeyro, la palabra inmortal (Revuelta editores, 2018) de Jorge Coaguila; libro que reúne las estupendas entrevistas que le hiciera al gran Julio Ramón Ribeyro. Otro acierto, la publicación de La calavera en negro (Planeta, 2018) de Gustavo Gorriti; la historia sobre Carlos Langberg ocurrida en los 80. Y, finalmente, la reedición de Cambio de palabras (Debate, 2018) de César Hildebrant; sus tan comentadas entrevistas.