En un momento del tiempo, en la década del noventa, Vladmiro Montesinos llegó a ser, desde la sombra, una presencia poderosa. Resulta paradójico descubrir que físicamente era, por el contrario, un ser débil al punto de fracturarse un hueso de la mano con un simple e inofensivo golpe. Esa y más contradicciones de aquel personaje inefable, que cumple condena en la misma cárcel que ayudara a diseñar, nos la cuenta el escritor y periodista Luis Jochamowitz en Vladimiro: vida y tiempo de un corruptor (Planeta/El Comercio, 2019).

Agradecimiento a los amigos de la Librería El Virrey de Lima.

(Foto: CMS).